di Joaquìn Aguilar

Se parte con una definición de ciudad y comunidad: “La ciudad es una realidad física, tangible. Pero también es, inequívocamente, una construcción social: es el proyecto de una sociedad, de un lugar y un momento determinado, con su ideología, su cultura, su ética y sus valores, sus relaciones sociales en interdependencia con una economía siempre compleja1.
Luego una comunidad es un grupo de personas que tienen elementos en común, como costumbres, valores, aficiones, ubicación geográfica roles o estatus social. 
Es relevante el hecho que la ciudad es el proyecto de una sociedad, entonces el hombre y sus relaciones son vitales para ésta.
En la invitación a este evento se declara como título a esta edición la expresión latina “Ad Urbe tradita” que, en su doble significado, quiere exprimir ya sea la ciudad “heredada” a las nuevas generaciones, conservando su origen e identidad, pero también al mismo tiempo quiere significar” La ciudad traicionada” allí donde los hombres han transformado esta ciudad en un lugar “no humano” .
Estas palabras se ajustan al momento que hoy vive nuestra ciudad, San Salvador, en especial su Centro Histórico, que es el eje de la ponencia.
Hemos heredado esta ciudad del siglo XVI y a pesar de haber sufrido tantos terremotos, se mantenía como un asentamiento humano digno. Actualmente ha perdido en gran parte su función como lugar de encuentro de la comunidad, se ha deshumanizado.
Algunos hechos históricos que han influido en la vida actual de la ciudad.
Con la independencia la plaza de armas pierde relevancia. La catedral y el       Palacio Nacional se ubican en la Plaza Barrios.
A principios del siglo XX la capital tenía unos 30,000 habitantes. Por los años cincuenta unos 220,000. Actualmente ronda los 1,7 millones de habitantes.
Al concentrarse la industria, el comercio y los servicios en la capital surge la migración del interior del país a la ciudad en busca de trabajo y mejores condiciones de vida. Con la guerra de la década de los 80’ se acentúa este fenómeno debido a la necesidad de las familias de proteger a sus hijos varones de las redadas del ejército y la guerrilla.
Los que pudieron emigraron a los EEUU. Otros solo cambian de ciudad, preferentemente la capital.


En el terremoto del 86 la comunidad de los mesones (conventillos o vecindades) tradicionalmente ubicados en el Centro y sus alrededores se trasladan a municipios confinantes a San Salvador como Apopa y Soyapango. La capital pierde una comunidad vital.  Después del terremoto del 2001 varias instituciones como la Banca y Centros educativos abandonan el Centro Histórico. Pierde también funciones valiosas.
Aun así, el Centro Histórico mantiene varias comunidades e instituciones importantes. La comunidad política con la Alcaldía cuya influencia trasciende la ciudad y el país. La comunidad religiosa con su catedral con influencia nacional. La comunidad Científica y educativa con la Biblioteca Nacional y el Archivo de la Nación. El comercio formal e informal y la comunidad de vendedores ambulantes.
En el Centro histórico conviven comunidades diferentes, pero la comunidad de los más necesitados sufre una gran desigualdad de condiciones de vida que la pandemia ha puesto más en evidencia.
Entonces el Centro Histórico de San Salvador tiene problemas enormes no resueltos, como la inseguridad, el congestionamiento vehicular, la contaminación visual, la acústica, la polución, la basura el caos creado por la invasión de las ventas ambulantes.
El problema de la inseguridad, ligada a las “maras” conformadas en su mayoría por jóvenes, los cuales, en mi opinión, son victimarios- víctimas. Son los niños que hace diez o quince años los veíamos pedir limosna por las calles. Esos niños a quienes les dimos la espalda son los hombres a los que ahora les tememos y a los cuales acusamos de ser los autores del estado de pánico en que vive la ciudad. Hasta ahora la única respuesta han sido los planes de mano dura. Los planes de prevención han sido tímidos y poco eficaces. Del narco tráfico se habla muy poco. El problema es estructural, la pobreza, la debilidad del sistema de salud y educación,
Sin embargo, existen oportunidades. Se puede crear fuentes de trabajo. Como el turismo, las cooperativas de artesanos. Los ebanistas podrían recuperar los hermosos marcos de puertas y ventanas, piezas únicas del Centro histórico.
Se hizo una escuela taller para oficios artesanales relacionados con la restauración de la casa Rey Prendes, financiada por la cooperación italiana. Iniciativas como esta pueden ser aprovechadas para recuperar oficios en riesgo de desaparecer, al mismo tiempo recuperar el patrimonio edificado del Centro Histórico y crear fuentes de trabajo.


casa Rey Prendes

Fuerza y decisión

El comercio informal no es solo la invasión de calles, es también una oportunidad. El germen de una comunidad de micro empresarios. 
La basura se recicla a nivel informal. Se recoge el aluminio y el plástico para luego venderlo a empresas recicladoras. Se puede organizar formalmente.
El proyecto Plamatrans_CAP:3Apdf del Plan Maestro de Transporte, elaborado hace unos veinte años aborda el problema del congestionamiento vehicular.  Falta voluntad política para ponerlo en marcha.
Las contaminaciones visuales, acústica, los desechos pueden solucionarse con ordenanzas municipales y planes de formación y capacitación de las comunidades involucradas. Se debe incorporar en los planes de estudio el respeto al medio ambiente y al patrimonio histórico y cultural.
FUNDASAL Una ONG sin fines de lucro ha formado, cooperativas de viviendas en el Centro Histórico con muy buenos resultados. Esto es importante, la población es la vida de la ciudad. Promoverla es indispensable, pero evitando la gentrificación.
En las administraciones de los Alcaldes Héctor Silva y Nayib Buquele ha habido intentos de revitalizar el Centro Histórico, pero no han podido dar una solución integral al problema del Centro Histórico 
Es imperativo solucionar los conflictos que se fraguan en el Centro Histórico y en toda la ciudad. Crear conciencia y una cultura de la ciudad. Se debe involucrar a todas las comunidades que conviven en ella. Afrontar y combatir la desigualdad que tiraniza al Centro Ciudad y al País. Recuperar la dignidad de la ciudad. La supervivencia de la ciudad depende de su capacidad de humanizarse.

1. Los Aspectos Sociales. Arq. Walter Morroni. Lic. Alejandro Salamon. Buenos Aires abril 2003

El arquitecto Joaquìn Aguilar, estaurador graduado con maestria en Italia, es fundador de la direccion de sitios y monumentos de la entonces direccion de cultura, juventud y deportes del Ministerio de Education de El Salvador